Hay un pueblo en otra ciudad y no sé cómo se llama

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19/4/09

No uso casco ni rodilleras

El pronóstico del día menciona que en San Cristóbal las temperatura máxima será de 28 grados centígrados. Hace un par de días salí a pasear por en la bicicleta de montaña que por razones que no vienen al caso, decidí mudar conmigo.
La crónica del suceso cuenta así: Iba acá embobado con los árboles, las plantitas que dice mi vecina son venenosas, uno que otro ruidín que me recordó la escena menos elaborada de King Kong (la nueva versión donde sale mi vieja Naomi), pero que para el caso lo que más me topo en el camino es a un carnal que se llama Faustino y se dedica a vender ropa en el mercado del centro. El ruco es buena gente, un día me invitó a tomar mezcal a su casa, pero yo iba rumbo a la uni y pues el deber con la comunidad (universitaria) pudo más que el coto con el Fausti.
Pues iba acá escuchando a Metallica en el iPod y no sé de dónde, cómo, en qué momento, cayó una piedra en el camino (y yo que era como Maggie en City of Angels, en esa escena pendejísima donde va la morra en el forever y la atropellan). No pude frenar, sólo observé el terreno y decidí dónde caer para que no me doliera tanto el golpe. El saldo: una pierna raspada, heridas en las manos, mi abuela siempre decía, "yeled, las manos", y de esa forma pude evitar destrozarme la cara.
Ya rumbo a casa, después del susto y con cinco cigarros encima, pensé en la imagen. Joven judío muere en ciudad chiapaneca, debido a un desperfecto con su bicicleta. Debido a las profusas heridas en el rostro, familiares y amigos sospechan que fue suicidio.

¿A qué huele el vinil?

Tirado en el sofá junto a la ventana, en quince minutos fumé ocho cigarrillos. Es tan jodidamente cliché tener un sofá dónde recostarme y mirar el jardín lleno de bugambilias.(Yo y mis joterías). Es estúpido que tenga las luces de casa apagadas, que me mutile con un whisky templado. Es más nefasto que resuma este momento como "mi momento" y no evite el mejor conocido como lugarcomundelaverga: suicidio con Karma police.
¿Fui valiente hace diez años? Ahora no siento nada. La recito de memoria, la destrozo con mi voz y no siento nada.
Es más, escucho Lucky y Paranoid Android y el cuarto no reduce en ninguna de sus pinches longitudes.
No siento ganas de salir a correr en el patio y gritar que moriré debajo de algún congelador del oxxo de la esquina.
No tengo ganas de salir y drogarme en casa de algún desconocido ni de besar los senos de Carlota.
Extraño el tiempo en que sacaba el librillo del
OK Computer e intentaba memorizar cada imagen y cada letra. Extraño mirarme en el plástico y balbucear this is what you get when you mess whit us, y que el mundo dejara de ser mundo y el temor se contuviera por unos 4:21 minutos.
Ganas de putear las ventanas y esperar los pasos de mi madre por la escalera. Aislarme en la litera e imaginar que detrás de la barda de mi casa, un pendejo pintaba con aerosol god loves his children.


Nota de último momento: Sí lo hice yo solito y no me parezco a naiden.