Hay un pueblo en otra ciudad y no sé cómo se llama

26/4/09

Quien quiera subirse a un bote y huir, que no olvide llevar un sandwich y un boing


Cuando no se está demasiado seguro de nada,
lo mejor es crearse deberes
a manera de flotadores.


Cortázar




No estamos seguros si la cosa esta de la gripa porcina va a matarnos a todos, si moriremos en escasos días. No estamos seguros si todos permaneceremos o ella regrese o los amigos. Es un sentimiento, el que veo en algunos rostros en la calle, de querer despedirse con grandes alabanzas, como si verdaderamente fuera importante.

Veo en la habitación de mi padre, mientras está en reposo después de un infarto, que él, en cuestiones de horas ha cambiado. Esa expresión de arrepentimiento que aparentemente tienen todos los moribundos, los que estuvieron o están cerca de muerte. Sólo por algunos segundos cuando despierta para mirar las noticias, pone cara de complacido, de no morir por culpa de una marrano.
Miro en papá, con desagrado, que parece que de nada sirvió todo, si al final del juego, tendrán esa estúpida cara de desgajo, como un perro después de golpearlo con el periódico porque se orinó en la alfombra, la misma cara de una virgen después de no ser virgen, la cara de todas las madres que saben hicieron algo malo y sus hijos ya no las besan. Es la misma expresión que veo detrás de los cubrebocas en esta ciudad. Y es extraño, es como si estuviera aquí (en casa) como turista, como espectador de toda la crónica, con deseos de regresar a San Cristóbal para morir allá de algo menos ridículo: un accidente en bicicleta, un rapto, un levantamiento armado o que alguna turista francesa me asfixie mientras duermo.
Leí en varios blogs todo tipo de post sobre este asunto del fin del mundo en México.
Aquí la clasificación:

Existe el cínico que me hizo cagarme de risa como aquí .
Los depresivos que no se inmutarán ante el ridículo y aburrido deceso de la humanidad como aquí y aquí.
La que nada más me emboba por lo bonito que escribe como aquí.
La que hace contracampaña con su amiga para que nadie la pele por infecciosa como aquí.
La especulativa que recibe insultos como aquí.
La que no está en el ojo del huracán y lo lamenta como aquí.

Todos y cada uno de ellos no hacen la diferencia ni quieren. No existe tal cosa, sólo una red de información que para bien o para mal, hicieron que sobreviviera este primer fin de semana (que por destino traicionero) tuve que permanecer en el Defe.


20/4/09

מזל טוב o como dicen mis parientes Mazel tov

Para este vato por sus consejos
y su bikini amarillo




Acerca de dos sucesos significativos en mi vida:


El primero es sobre el impacto que me llevé ayer en la noche cuando me acosté. Encendí el televisor y en mi esfuerzo arduo con el control remoto, llegué al canal SONY y me detuve por un minuto para ver a una chica de cabello rosa. La sorpresa estuvo leve, me impactaron más sus berridos. Terminó de cantar una canción de Aerosmith y cuando me disponía a leer un texto sobre la distribución indígena en el sur de México (no pregunten), que veo al señor, el mismísimo, el don, el Dandy Tarantino en American Idol. Apagué el televisor y busqué en la mater red de información Google. Y sí, Tarantino fue mentor de los chavitos del reality. Me detuve un segundo y me di cuenta que sinceramente no era sorpresivo ni ajeno. Encendí nuevamente el telvisor y vi a Tarantino en su papel más recurrente: el niño nervioso que juega a ser maestro.



El segundo es sobre las luces de San Cristóbal. El viernes salí a cenar y me senté en el café donde estaban dos niños jugando con una rana de plástico. La noche estaba helada y una mujer me sirvió un café tibio y un par de mantecadas. Había unas turistas extranjeras en la mesa de enfrente. Supuse que las risitas eran porque hablaban de mi, de mis guantes de colores y mi gabardina verde. De un bocado me tragué las mantecadas y encendí un cigarro. Inútil fue mi esfuerzo por mantenerme aislado aquella noche, pues dos compañeros de la universidad llegaron y me dieron una palmadita en la espalda. Es tarde para que una señorita esté sola a estas horas de la noche, dijeron. Me reí, la verdad es que son dos tipos que me aburren mucho, uno de ellos es fan del reggeton y el otro como que se siente Locke y me puso de apodo Kant, con la creencia que a mí me resultaría el chiste más elaborado de la historia de nuestra "amistad". Traté de ignorarlos, ya saben, con movimientos constantes de cabeza, estiramiento de brazos y piernas y una que otra llamada inexistente al celular. Ambos hablaron de Lorena, la antropóloga en jefe del proyecto. Y mencionaron que Lorena usa aretes simpaticones, tiene unos que son dos pollitos tomados de las alitas, un día me dijo que también tiene de mariposas y gorriones. Para el caso, ella no es uno de mis temas favoritos de conversación. Jorge pidió una cerveza y esperó que yo hiciera lo mismo, pero como señorita tuve que disculparme y dar una explicación absurda sobre los caminos empredrados que hay por mi casa y el problema de la bicicleta y el artículo que tengo que escribir para el jueves. Marcelo y Jorge dijeron "este chilango aburrido parece provinciano", me cae que intetné que me diera gracia el seudochiste y les dije "yo pago la otra ronda", muy acá. Subí a la bicicleta y lo amarillo de la noche me recordó que tenía que ir a la tlapalería para comprar el foco del baño que explotó hace días y así dejar de orinar a obscuras.


19/4/09

Las sorpresas siempre vienen en paquetes difíciles de abrir porque alguien los envolvió mal

Muere J. G. Ballard y no fue en una bici de montaña.


No uso casco ni rodilleras

El pronóstico del día menciona que en San Cristóbal las temperatura máxima será de 28 grados centígrados. Hace un par de días salí a pasear por en la bicicleta de montaña que por razones que no vienen al caso, decidí mudar conmigo.
La crónica del suceso cuenta así: Iba acá embobado con los árboles, las plantitas que dice mi vecina son venenosas, uno que otro ruidín que me recordó la escena menos elaborada de King Kong (la nueva versión donde sale mi vieja Naomi), pero que para el caso lo que más me topo en el camino es a un carnal que se llama Faustino y se dedica a vender ropa en el mercado del centro. El ruco es buena gente, un día me invitó a tomar mezcal a su casa, pero yo iba rumbo a la uni y pues el deber con la comunidad (universitaria) pudo más que el coto con el Fausti.
Pues iba acá escuchando a Metallica en el iPod y no sé de dónde, cómo, en qué momento, cayó una piedra en el camino (y yo que era como Maggie en City of Angels, en esa escena pendejísima donde va la morra en el forever y la atropellan). No pude frenar, sólo observé el terreno y decidí dónde caer para que no me doliera tanto el golpe. El saldo: una pierna raspada, heridas en las manos, mi abuela siempre decía, "yeled, las manos", y de esa forma pude evitar destrozarme la cara.
Ya rumbo a casa, después del susto y con cinco cigarros encima, pensé en la imagen. Joven judío muere en ciudad chiapaneca, debido a un desperfecto con su bicicleta. Debido a las profusas heridas en el rostro, familiares y amigos sospechan que fue suicidio.

¿A qué huele el vinil?

Tirado en el sofá junto a la ventana, en quince minutos fumé ocho cigarrillos. Es tan jodidamente cliché tener un sofá dónde recostarme y mirar el jardín lleno de bugambilias.(Yo y mis joterías). Es estúpido que tenga las luces de casa apagadas, que me mutile con un whisky templado. Es más nefasto que resuma este momento como "mi momento" y no evite el mejor conocido como lugarcomundelaverga: suicidio con Karma police.
¿Fui valiente hace diez años? Ahora no siento nada. La recito de memoria, la destrozo con mi voz y no siento nada.
Es más, escucho Lucky y Paranoid Android y el cuarto no reduce en ninguna de sus pinches longitudes.
No siento ganas de salir a correr en el patio y gritar que moriré debajo de algún congelador del oxxo de la esquina.
No tengo ganas de salir y drogarme en casa de algún desconocido ni de besar los senos de Carlota.
Extraño el tiempo en que sacaba el librillo del
OK Computer e intentaba memorizar cada imagen y cada letra. Extraño mirarme en el plástico y balbucear this is what you get when you mess whit us, y que el mundo dejara de ser mundo y el temor se contuviera por unos 4:21 minutos.
Ganas de putear las ventanas y esperar los pasos de mi madre por la escalera. Aislarme en la litera e imaginar que detrás de la barda de mi casa, un pendejo pintaba con aerosol god loves his children.


Nota de último momento: Sí lo hice yo solito y no me parezco a naiden.